4 de noviembre de 2007

Quito. Capítulo 10 (Final)

El 1er avión del viaje de regreso (Quito-Bogotá) salía a las 6:30 de Quito. En los países sudamericanos suelen pedir unas 3 horas de antelación en el embarque con lo que me levanté a las 3h de la mañana, liquidé la cuenta del hotel (120 € al cambio por 6 noches) y subí en el taxi dirección aeropuerto. Me quedaban pocos dólares pues había intentado gastarlos el día anterior así que no tenía suelto para pagar al taxista (5$) ni él tenía cambio. Le dí el billete entero (10$) y me dirigí a facturación con 15 dólares sobrantes. Nada más entrar en el aeropuerto hay un cartel en el que indica que hay que hacer un pago de 40$ para salir del país. Al final me faltaba moneda local. Me indicaron donde había un cajero, pero me bloqueó las dos tarjetas que llevaba por demasiados intentos al introducir la contraseña (aunque la puse correctamente en todos ellos). Sin dinero y sin tarjetas, el penúltimo recurso era cambiar los pocos euros que llevaba (40) a dólares. La oficina de cambio abría a las 5h en teoría y embarcábamos a las 5:15h. La cosa se complicaba y únicamente podía esperar. Hubo suerte y abrieron sobre las 4:20h. Cambié, pagué la tasa y conseguí colar la maleta como equipaje de mano a pesar de los intentos del empleado de AVIANCA. Los dos primeros vuelos transcurrieron con normalidad. Ya en el aeropuerto de Caracas, el operario de inmigración me indicó que no tenía que pasar por ese trámite pues había un tránsito interno que me libraba de él y me daban directamente la tarjeta de embarque "sin pisar Venezuela". Me podía haber ahorrado al sargento psicólogo de la ida. En el vuelo hacia Madrid, quedó libre el asiento vecino al mío y tuve una cierta "comodidad" adicional. El Madrid-Barcelona salió con retraso y, por fín, casi a las 11h de la mañana llegué al aeropuerto del Prat.

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