Tenerife. Día 5: En casita

El día 30 de diciembre hizo mal tiempo en la isla. Llovía, pero no de manera exagerada. Decidimos ir a un centro comercial a comprar unas cosillas que hacían falta y a pasar el tiempo viendo escaparates. Cogimos la Autopista del Sur y en el primero que vimos nos detuvimos. Bastante pequeño y con pocas tiendas. La visita fue más corta de lo esperado y prácticamente se limitó al Mercadona. No hubo mucho más a destacar ese día.

Tenerife. Día 4: Jungle Park.

No hacía muy buen día, pero par ir al Jungle Park resultaba ideal. En menos de media hora nos plantamos allí. En la cola solamente había alemanes que se iban multiplicando pues iban llegando en taxis desde el hotel y al ser todos "amigos" se colaban por el morro. Justo cuando nuestra paciencia se empezaba a agotar, dejaron de llegar taxis, la cola avanzó y pagamos nuestra entrada. La foto que ilustra el post está hecha justo en la entrada mientras me recuperaba del desembolso realizado ¡24€ por cabeza!. Víctor subido encima de una sardina, según él. Muy cerca de la entrada nos encontramos con el primer espectáculo. La exhibición de aves rapaces. Si mi memoria no falla, hace años, este lugar era conocido como el pico de las águilas y se ofrecía al público una exhibición similar. Supongo que en algún momento se decidió invertir en la reconversión del parque y el resultado es ciertamente satisfactorio.

La visita al parque da para todo el día, al menos a nosotros, con lo que los 24€ llegan a parecer solamente caros, perdiendo la categoría de atraco consentido que tenían por la mañana. Contemplando pingüinos, pelícanos y otra fauna llegamos a la zona donde se realizaba el espectáculo de los loros. Quedaba aún una hora y, aunque era pronto, decidimos hacer tiempo comiendo. El espectáculo no fue gran cosa. Entre guepardos, cocodrilos y suricatas terminamos la visita al parque. Paramos en el San Isidro y cargamos con unos espléndidos bocadillos del Bar Avenida.

Tenerife. Día 3: Belén y Vilaflor

El único plan fijo que teníamos para ese día era comer con mi hermano en algún lugar por determinar. Por la mañana cogimos el coche y nos fuimos a recorrer un poquito la zona cercana a El Médano (donde estábamos alojados). Tomamos la carretera en dirección Granadilla de Abona. El pueblo seguro tiene muchos encantos pero no los suficientes como para atraernos y hacernos parar. Seguimos dirección Chimiche y allí, a pie de carretera, encontramos Belén hecho de obra en miniatura. Numerosas edificaciones construidas por un vecino y enriquecidas con figuritas de personas y de animales o detalles como ropa tendida. Fue una sorpresa agradable que vimos por casualidad pues no hay ni un cartelillo anunciador. Después bajamos a San Isidro para hacer unas compras para la casa y concretamos el lugar de la comida, Valle de San Lorenzo. Por la tarde nos dirigimos a Vilaflor, para los Canarios el pueblo a mayor altitud de España y para España el pueblo a mayor altitud de Canarias. Ya de noche y con ganas de descansar solucionamos la cena comprando unos kebabs en San Isidro.

Tenerife. Día 2: Playa de los Cristianos

El apartamento que nos prestaron está en el sur de la isla. Nuestra luna de miel la pasamos en el norte siendo la zona que más conocíamos. Como daba pereza hacer cada día 1h:15 de ida y otra de vuelta para visitar lugares que ya habíamos visto, decidimos aprovechar para conocer un poco la zona sur. Cogimos el Toyota y nos dirigimos a la playa de los Cristianos. No es raro en las islas aunque siempre resulta chocante ver a la gente bañándose en la playa a 27 de diciembre. Dimos una vuelta por el paseo marítimo y por el puerto. En un descanso, sentados en un banco, me acerqué a buscar información a un chiringuito con Víctor. Mientras cogía folletos, él se fue donde estaba Mons a pedir 1 euro. Mons, extrañada, le dio la moneda pensando que se la había pedido yo. Cuando me giro con todos los folletos para volver al banco, me encontré a Víctor en la máquina de refrescos donde había metido la moneda y quería sacar una lata de burbujas. No pude negarme. Curiosamente, la lata valía un euro.

Por la tarde fuimos de visita turística a Candelaria y después a un centro comercial donde nos comimos unas salchichas de metro.

Tenerife 2008. Día 1: Ida

En 2008 hizo 10 años que Mons y yo nos casamos. Hacía tiempo que habíamos decidido que repetiríamos el destino de la luna de miel cuando celebráramos dicho aniversario. Coincide además que la mujer de mi hermano es de las islas y ellos van cada año por Navidad a ver a la familia. Así pues, contratamos los vuelos para las mismas fechas y viajamos juntos para allí. Llegamos al aeropuerto con la suficiente antelación y aprovechamos para desayunar y aprovisionarnos para el viaje. En los paneles todo estaba correcto, el embarque a la hora que nos habían anunciado en la facturación. La hora del embarque pasó. Y pasó. Cuando llegó la hora de despegar y con la novedad que el vuelo ya no aparecía en los monitores, nos dirigimos al mostrador de Spanair a informarnos sobre el retraso. Casualidad que en ese momento iban a informar del mismo aduciendo "congestión aérea" y que en un momento darían información por megafonía. Nos llamó la atención que la congestión debía estar solamente en dirección Canarias pues todos los vuelos salían con normalidad menos el nuestro. A las 12:10, aproximadamente una hora más tarde del despegue previsto nos llamaron para embarcar alegando que el retraso se debía a una huelga de controladores aéreos en Tenerife. ¿No era congestión? Subimos al autobús, nos lleva al avión, nos acomodamos (como si eso fuera posible en el miniespacio que hay entre asientos) y... nada más. Casi media hora después, vemos que se acerca la escalerilla al avión de nuevo al mismo tiempo que el Capitán empieza a largar: Buenos días, les habla el comandante fulano. Queremos pedir disculpas por el retraso. Hay huelga de controladores en Tenerife y no nos dejaban aterrizar hasta 2 horas después de lo previsto. Se ha negociado y ya podríamos despegar (1:40 de retraso en este momento) pero hemos detectado un problema técnico en el avión y la compañía ha decidido que cambiemos de aparato. Ale, bajamos del avión, al autobús y a la sala de espera. Nos envían a otra puerta para embarcar y al final, con 3 horas de retraso, embarcamos rumbo a las islas afortunadas.

De la huelga de controladores nunca más se supo. Una vez en Tenerife nos encontramos con la sorpresa de que no había ni un solo coche de alquiler. La cuñada de mi hermano había llevado un coche al aeropuerto en el que nos fuimos una parte a la casa de su suegro. El resto lo tuvo que hacer en taxi. Después de algunas llamadas, coincidió en una compañía de alquiler que en el momento que comunicábamos con ellos estaban devolviendo un vehículo. La única condición era que lo recogiéramos en menos de una hora.

Al final, con la locomoción resuelta, nos quedamos en casa de los suegros de mi hermano y cenamos mejor que estupendamente.

Festa infantil

Cada año antes del parón navideño, la empresa en la que estoy hace una fiesta infantil para hijos (y nietos) de trabajadores. La cantina del centro se transforma en un "mini-teatro" en el que, en esta ocasión, hubo un espectáculo de marionetas y una actuación de payasos en la que los niños tuvieron que hacer una pequeña coreografía. Después vino Papa Noel y repartió regalos para todos los protagonistas de la fiesta. Todo esto aderezado con un pica-pica hace pasar a los niños una gran mañana.

3 años, 3 pasteles

Por diferentes circunstancias, todas con trasfondo hospitalario, además de la celebración habitual, en 2008 hemos hecho además 2 mini-fiestas de cumpleaños, con los iaios Francisco y Ana y con Carlos:

Els tres tombs

Bueno, mientras actualizo la información sobre Víctor comento al personal que la semana que viene es la festa dels Tres Tombs aquí en Esparregura. Hace un par de años estuvimos en Balsareny y, la verdad, no vale la pena pegarse el viaje para la poca diferencia que tiene el festejo. ¡Ánimo! A ver si nos encontramos por el pueblo. Nosotros estaremos en nuestra esquina favorita.

Petit cuiner

¡Cómo pasa el tiempo! Entre la fiebre, el suegro en el hospital y las vacaciones navideñas ha pasado más de un mes sin actualizar el blog. Y eso que tengo material. Bueno, iré cronológicamente y todo llegará. Como decía, mi suegro estuvo ingresado a principios de diciembre y entre Mons y su hermano se repartieron su acompañamiento en Bellvitge. En uno de esos días que estuvimos solos, Víctor quiso ayudarme a hacer la comida. ¿Por qué no? me dije. Dentro de mi abanico de recetas busqué una de nivel 1 y nos pusimos manos a la obra. Fui pasándole los ingredientes y él se encargó de marearlos hasta lograr una apetitosa ensalada de arroz.