Con la pateada del viernes y la del sábado ya no nos quedaron más ganas de pasear por Palma. Cogimos un autobús y nos dirigimos a Ses illetes. Error. No hay ni un paseo marítimo ni ná de ná para pasear con el carrito del niño. Se nota que en la recepción del hotel habían cambiado el turno pues el nuevo tipo fue el que nos envió aquí. Entramos en un centro de Spa con dudas por si nos echaban y, de repente, un tipo moreno nos llamó: ¡Eh! ¡Hay un ascensor! Bajamos y pudimos acercarnos a la playa a hacer unas fotos. Después tomamos de nuevo el autobús y paseamos por la "zona comercial" de Cala Mayor hasta llegar de nuevo al hotel. Comimos en un colombiano, fuimos al parque con Víctor y para casa.Si tenéis ganas podéis ver todas las fotos del viaje.
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