23 de octubre de 2007

Quito. Capítulo 2

Después de dormir 3 horas, desperté con el cuerpo raro (jetlag o cansancio simplemente). Subí a desayunar. Había zumo de piña y de naranja. Croissants en abundancia y fruta (piña -amarilla-, piña criolla -blanca- melón y sandía -el último día también hubo mango-). Además estaba incluído un huevo revuelto, frito o en tortilla (esto el primer día, a partir del segundo era revuelto para todo el mundo). El cubano pidió un huevo adicional y le cobraron 2,40$. Charlando con otros jugadores encontré un grupo que quería ir a visitar unos baños termales (Papallacta). Me apunté con ellos. Negociaron el precio del traslado (100$ finalmente para 6 personas) y salimos para allí. Hay varias termas en la misma zona diciéndonos el conductor que las mejores son las que fuimos. Hay una serie de piscinas con temperatura descendente pero siempre caliente y en las que más, hay un escalón hecho de piedra gracias al cual puedes pasar del calor al frío del río que pasa justo al lado (en la foto es la piscinita pequeña que queda detrás mío y se adivina el escalón tapado por la roca en la que estoy apoyado). 4 de los que fuimos se bañaron y como empezó a llover tuvimos que acabar la visita (7$) un poco antes de lo previsto. Salimos del recinto y en un pequeño restaurante comimos un caldo de gallina y una trucha al ajillo acompañados de una excelente limonada. Todo por 6$. Volvimos al hotel y echamos unas partidas antes de la visita guiada al centro histórico.

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