Hemos empezado las vacaciones igual que el año pasado, visitando a Gregorio en su chalet. Poco que contar, por lo escaso de la variedad: cartas, piscina, dormir, comer... y vuelta a empezar. Uno de los días fuimos con José Ignacio y Esther a visitar el Museo Arqueológico de Alicante donde vimos la exposición itinerante del British Museum dedicada a la belleza del cuerpo y en la que destaca la exhibición del Discóbolo de Mirón que solamente había abandonado el museo para ir a Hong Kong y Shanghai con motivo de los pasados juegos olímpicos. Más piscina, cartas, siestas, arrocito... no hace falta nada más.
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