20 de octubre de 2008

Un príncep una mica raret.

Como se veía venir. Un éxito. Llegamos a la hora acordada al colegio donde, en teoría, la profesora nos abriría la puerta al vernos. Pasaron casi 10 minutos y huyendo del sol que castigaba con fuerza nos dirigimos a la puerta principal. Nos abrió el conserje diciéndonos que no sabía porqué habían cambiado de plan y estaban en la biblioteca junto con las madres que aprenden catalán. Le dijimos que debía ser por que el proyector de la biblioteca debía ser el único libre y lo habíamos solicitado para presentar las ilustraciones del cuento a los niños. Entramos y la cara de extrañeza de Víctor era para hacerle una foto. Leímos el cuento: yo en mi doble papel de narrador y Florenci y Mons en el papel estelar de la granota. Los niños y las madres que aprenden catalán boquiabiertos, entusiasmados con el cuento y con las imágenes de la pantalla que, aunque no eran nada del otro mundo, les ayudaba a situarse en la historia. El cuento no era excesivamente largo y, al acabar, la profesora propuso ir a la clase a explicar otro. Al ser el protagonista de la semana, Víctor tenía un rincón con fotos, juguetes y un par de cuentos. Escogimos uno de ellos y se lo leí mostrando ellos el mismo entusiasmo que en el del príncep raret. Al final aplausos mutuos de agradecimiento y Víctor salió 20 minutos antes con sus papis como premio.

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