28 de enero de 2008

De tapeo

En el verano de 2003 se casó un compañero del curro. Su ahora esposa es de Jaén y allí fue la boda. Nos invitó y pasamos unos días inolvidables. Nos sentimos de la familia y visitamos la ciudad, el parador y ese pedazo de bar de tapas: El Santuario. Por menos de 1'5 euros te tomabas una cerveza y escogías una tapa. No se andan con tonterías, aquí tenéis una muestra de una de ellas, el bocadillo de lomo con queso, nº 18 en la pizarra. No sé cuándo volveremos a Jaén, pero será una visita obligada y, si podemos, nos alojaremos en el parador, antiguo castillo con fantásticas vistas de la ciudad y excelente decoración interior. El álbum aquí.

1 comentario:

Gregorio dijo...

Sí, debería ser obligado ir allí una vez en la vida, para todo el mundo!!!! vaya peaso de tapa!